En un contexto de crisis económicas, falta de trabajo, inflación, etc, es necesario aprender a ahorrar, principalmente en cosas de la casa. Por eso, se hace indispensable saber de qué podemos prescindir a la hora de gastar nuestro dinero.
Muchos realizan una lista de cosas que necesitan sí o sí, y allí incluyen por ejemplo, a los alimentos. Propongo hacer todo lo contrario, comenzar con aquello que no necesitamos tanto. Si hacemos una lista de comida y luego sacamos la cuenta de lo que gastaremos, es probable que nos frustremos. Si hacemos una lista con lo que no necesitamos o que no es necesario para vivir, y hacemos la cuenta, nos alegraremos al saber cuánto podemos ahorrar.
Lo primero para comenzar serán los servicios:
→ Si tienes TV por cable y además usas Netflix u otro servicio on demand, ¡deja de gastar tu dinero! Fíjate cuánto tiempo pasas usando una u otra cosa. Es probable que sólo uses el servicio on demand, así que puedes ahorrar en el servicio de cable.
→ Lo mismo sucede con el teléfono fijo. Cada día está más obsoleto, sin embargo, muchos lo mantienen para emergencias. Piensa cuántas veces lo usaste en este mes. ¿Pocas, no? Piensa cuántas veces usaste tu teléfono celular. ¿Más de mil? Entonces deja de gastar en el teléfono fijo.
→ Muchos mantienen el teléfono fijo o el servicio de cable porque junto con estos servicios tienen su plan de internet. Si sacas cuentas, descubrirás que con los planes de las empresas de telefonía y cable, terminas pagando mucho más que si contrataras un servicio independiente de internet. Busca en tu ciudad si existe este tipo de servicio.
→ Quizás estés pagando un plan de internet muy caro de acuerdo a la velocidad, pero ¿realmente es necesaria tanta velocidad? Si no eres gamer o no miras películas online, una alta velocidad en internet puede salirte más de lo que piensas. Considera pasarte a un plan más económico.
→ A fin de mes, puedes ahorrar mucho en tus facturas de electricidad y gas si mantienes un consumo responsable. No dejar luces encendidas toda la noche, el aire acondicionado en temperaturas menores a las recomendadas, y no tener la casa sobrecalefaccionada en invierno puede hacer la diferencia a la hora de pagar estos servicios.